La crítica

La agenda de los nuevos proyectos musicales hechos en Canarias

Electropop

Elodiè se convierte en un producto "Biológico"

Morirán Todos tiene la habilidad sorprendente de gustar y hacer bailar a cualquier oyente medio. Ellos tienen muy buen gusto y siempre han ofrecido lo que la gente quiere; tanto a nivel artístico como a nivel musical. Es curioso ver como la agrupación ha tenido momentos de creación desembocado presentando un formato en directo con el talentoso artista Elodiè durante el año 2009. Un artista cuyo último trabajo ha llamado la atención de este blog.

Elodiè, argentino de origen, se lanzó de cabeza en el año 2006 a probar suerte con un proyecto ambicioso y más difícil de ejecutar que cualquier otro grupo que hayamos visto en las islas. Después de haber desarrollado diversos formatos que le hicieron ser finalista en 2008 del premio Recycle Demo del extinto concurso de bandas Eólica, empezó una serie de acontecimientos que nos han traído a su último trabajo: Biológico.

El esperpento en el que se ha convertido la música electrónica y, en específico, el electropop con grupos como Cariño, Ojete Calor y Las Bistecs, nos ha hecho olvidar el potencial que tiene la adición de elementos electrónicos al mundo de la música de autor. Sobretodo cuando se hacen de una forma tan elaborada y bien traída como la que se nos presenta en este álbum.

Fuera de su anterior trabajo Tú Reloj, que guarda joyas como Horas, Biológico se presenta como una obra más punk, más garage, con una continuidad artística muy similar a las obras de los antiguos pintores del Renacimiento. Parte del concepto del desarrollo de una vida: a partir de ahí, Elodiè construye composiciones musicales acordes a las diferentes fases vitales añadiendo un misticismo budista al final del disco con canciones como Reencarnación y Samsara

Adoro la pulcritud con la que este artista ha desarrollado su último trabajo. Las letras mantienen un componente rítmico muy especial que hace que escuchar el disco sea una experiencia muy grata. Creo que tomar la iniciativa de tirarse a la piscina componiendo en español, pero con letras bien hechas y con un sentimiento más profundo del que a priori pudiera parecer, no es algo que esté al alcance de todo el mundo. 

Es curioso que aunque los sonidos electrónicos del propio disco hagan de esta obra una curiosa discordancia entre el binomio biológico=orgánico, suene tan puro como crudo en ciertos aspectos de la mezcla. Puede que eso sea el aspecto tan especial de este álbum. Puede que eso sea el gancho de Elodiè, el punto de inflexión que cambiará la forma de interpretar la música electrónica y el indie más comercial: Hazlo puro y añádele máquina.

Escrito por Daniel Medina Díaz-Llanos, 26 de agosto de 2019


Jazz

Contracultura con revestimiento orgánico de jazz: "Pasos Previos" de Lucas Rousset

Ya hablamos de Achuhucanac anteriormente. Un proyecto liderado por el músico multidisciplinar Lucas Rousset; protagonista de uno de los movimientos contraculturales más punteros de la isla de Gran Canaria.

Esta peculiar revolución; fuera de revestir una capa de punk o de música urbana, lleva un envoltorio de papel orgánico más acorde con la finura y los esquemas del jazz progresivo. Un estilo en declive y bastante difícil de seguir. Puede que mi resquemor se base en todas esas veces en las que he visto actuaciones donde la endogamia y el onanismo tanto intelectual (término acuñado por los Birkins), como ajeno a la realidad del propio género, irrumpen en el escenario. La superioridad moral de aquellos que hacen jazz convierte a su circuito en una pelea de cuchillos revestida de conciertos, al igual que la escena indie o la escena mainstream.

No obstante, Lucas es una de esas personas a las que yo podría escuchar por horas tocar cualquier instrumento. Compañero de fatiga durante largas jornadas tocando en la calle junto a su perra: sin licencia y huyendo de la policía. Es por eso que soy parte del público en cualquiera de sus conciertos. Tiene una forma muy interesante de entender la música y, por fin, ha podido dejar constancia de ello en su nuevo disco: PASOS PREVIOS.

Su disco es un vademécum de acordes y estructuras al uso, pero va varios pasos más allá. Como esclavos de nuestra generación, no adoramos a un solo Dios ni a un solo mesías. Fuera de convertirse en "el mejor intérprete de (inserte virtuoso del jazz aquí)" Lucas crea una atmósfera, Lucas es original y rehúye una y otra vez de hacer la copia más fidedigna de algún parámetro establecido. Hay psicodelia, hay folclore y hay lounge jazz pero no es nada de eso a la vez.

Confío en que Lucas es uno de esos músicos que hacen que el alcohol y el tabaco sepan mejor. Un artista que escribe su música desde el sentimiento, pasando por un estudio técnico y complejo sobre las estructuras del estilo en particular. No es difícil encontrar una parte del pasado de cualquier oyente de su nuevo trabajo. Es un elenco de composiciones solemnes que definen perfectamente su perfil melancólico aunque jovial. Algo así como el reencuentro con un viejo juguete de la infancia.

En lo que a mí respecta; el contenido más estructural y técnico de su trabajo es sublime. Puedes sentir la constancia con la que Lucas trabaja habitualmente. Un constancia que fuera de ser vocacional, le es necesaria para poder plasmar todos los mensajes que hay en su cabeza. Un talento tan salvaje y puro como su propio directo al que recomiendo asistir cuando vuelva por las islas.

10/10.

Escrito por Daniel Medina Díaz-Llanos 29 de julio de 2019


Hackers

Un disco traído directamente de los 80's: "Empezar de Cero" de Hackers

El Hard Rock siempre ha tenido un encanto personal casi divino para todos los que han asumido la etiqueta de "clasicones" o "nostálgicos". Puede que ciertos matices y vertientes new age que surgieron durante la gran despedida de la música disco en los 70's trajeran ciertas aberraciones y cuerpos extraños que hacen a muchas personas odiar toda producción musical de este período cultural. ¡No les quito la razón!

España está llena de ese tipo de experimentos fallidos; donde La Movida Madrileña perpetuó el inicio del esperpento del show-business y la híper-comercialización de la música. El mal llamado "pop-rock madrileño" provocó una especie de atmósfera nihilista donde la libertad de expresión sexual (supuestamente apolítica) se abrió un camino más extenso que el punk protesta proletario que surgió con el Rock Radical Vasco; una lucha cultural revolucionaria que se eclipsaría en las Comunidades Autónomas donde peor se había pasado durante la post-guerra y, en específico, durante la transición política al régimen democrático.

Los resquicios de este período histórico son bastante oscuros: La presencia militante de ETA y el inconformismo generalizado era, poco a poco, subyugado a una sociedad más centralizada en producir beneficio turístico y exacerbada por conseguir la anexión a la antigüa Comunidad Económica Europea.

Los 80's, sin embargo, deja una cultura de bares muy interesante de la que me habló mi tío político, oriundo de Madrid. En los barrios de Malasaña, la Moraleja y aquellas viviendas que rodeaban el Paseo de la Castellana estaban fuertemente influenciados por los grupos del pop comercial de Alaska y los Pegamoides, Gabinete Caligari, los Hombres G y todo el elenco de música relativa a este tipo.

En los bares de Vallecas y Chamberí era dónde se podía escuchar a todo trapo grupos como Obús, Barón Rojo, Los Rodríguez, Krull, Eskorbuto y Porretas. Todos unidos en la misma cinta y sin ninguna coherencia lógica, salvo la que el camarero del bar le quisiera dar. Es por eso que siempre se relacionó (de forma muy poco acertada) al metalero como una persona de izquierdas y, correlativamente, la música metal como música de proletarios y radicales, siendo muy mal vista por el propio gobierno por tener una conexión muy intrínseca con el punk de la época. Estos estilos musicales tenían que ser exterminados por estar ligados a pensamientos anti-sistema en una época donde la política andaba más enferma que viva.

La banda gran canaria Hackers han sacado un disco que concilia aquellas historias y hace un retrospectiva artística e histórica no sólo a la interpretación musical, si no en la post-producción de un disco en los ochenta. Si bien se alejan mucho de los clásicos del género hard-rock que arraigaron fuertemente en la "cultura de garitos", mantienen la esencia atmosférica de aquellos tiempos: mucho más tradicional y muchísimo más elaborada que la que ningún grupo español ha podido hacer jamás.

Siendo muy personales; y con el oído de un buen melómano, encontraremos matices e influencias muy diversas dentro de sus temas que te transportan a un tiempo donde los músicos se dejaban el culo en clavar la secuencia, el sólo de guitarra o el acorde en el piano. La época de las bandas de virtuosos. Una época en la que los efectos analógicos era los único con lo que un grupo de rock contaba y donde se empeñaban en sonar mucho mejor en el directo que en el disco.

El heavy metal no es la mejor etiqueta que se le puede dar a esta formación, claro que el mundo del rock es tan extenso en géneros como lo es cualquier otro estilo musical, pero, personalmente, siempre he defendido que tanto Van Halen como Toto (personalidades de las que el grupo está muy influenciado) fueron uno de los principales y populares referentes extranjeros con los que empezó el germen de los pelos largos y las chaquetas de cuero en España.

En adición a esto, tenemos que saber que el término heavy metal fue muy malinterpretado por el público español ya que era una etiqueta que encajaban más con grupos como Iron Maiden, Judas Priest y Black Sabbath, no a grupos como ACDC o Metallica, grandes populares en todo el territorio pero con un encuadre artístico antagónicamente diferente. Sin embargo, y siendo consecuente con esta realidad, podríamos encuadrar a Hackers dentro de esta cultura musical tan diversa y como ente unificador de este tipo de géneros.

La atmósfera correlativa a sus canciones tienen un alto contenido de rock melódico donde los acordes mayores se unen a la interpretación de teclados orgánicos que hacen aflorar sensaciones muy lejanas en la línea temporal actual. Atmósferas mucho más cercanas a Phil Collins que a Judas Priest y mucha más anexa a Toto que a Iron Maiden.

Estoy muy seguro que Hackers saben perfectamente cuáles son sus puntos fuertes porque nunca escuché tratar una mezcla con tanto mimo y con tanta conciencia como este trabajo. Me refiero a que dentro del nivel técnico no escucho a ningún miembro que flojeé respecto a su instrumento y eso es debido a una constancia técnica que no se suele ver hoy en día. Con esto quiero decir que cada miembro de la banda sabe perfectamente cuál es su ubicación dentro del conjunto y sabe jugar perfectamente con sus herramientas. Esto se traduce dentro de la mezcla; noto mucha afinidad y sensibilidad en resaltar aquellas joyas que se quedan grabadas dentro de la pista.

No es de extrañar que se te pongan los pelos de punta con la canción que da nombre al disco: "Empezar de cero" y con "Tocando Fondo". Teniendo en cuenta que la técnica de Víctor Guardia es impresionante y te quita el aliento (sin desprestigiar a ninguno de los otros músicos), haber tratado con tanto mimo cada uno de los elementos que sustentan el resultado final para conseguir la grandilocuencia y, sobretodo, la limpieza que demanda el género, es una tarea titánica.

Veo al disco "Empezar de cero" como una epopeya tremendista adornada con letras cargadas de sentimientos muy puros. Sentimientos reales y nada pretenciosos. Un disco que todo amante del rock debería escuchar. ¡¡Recomendadísimo!!.

Daniel Medina Díaz-Llanos, publicado el 10 de julio de 2019


The Olrait Band

El hombre del sombrero negro viene a por ti: "The Olrait Band"

Hace una semana, The Olrait Band empezaba a difundir en todas las redes sociales su primer EP con 5 canciones. Un elenco de canciones que ya habíamos escuchado durante sus conciertos y otras completamente inéditas. La promoción consistió en darnos a cuenta-gotas una serie de composiciones originales que habían sido grabadas en los estudios Jesiisma y que revelaban en su portada la figura de un granjero al más puro estilo artístico de "Gorillaz". Hoy, en la Crítica: The Olrait Band y su disco homónimo.

No creo que esta banda necesite presentación: Ellos son los creadores del "olrait", los magos del "ouh yeah", los alquimistas del "bam-bam" y otros calificativos completamente adscritos al blues clásico y a las construcciones del género que lo desembocó todo. Con más de tres años de vida, han sido uno de los pocos grupos que mantuvieron la endereza cuando los locales de la escena de Gran Canaria empezó a decaer. Ellos vieron cerrar el Mojo y el PKDK. Ellos ofrecen un show lleno de muy buena música y, sobre todo, mucho humor. Altamente contagiosos. 

Después de un tiempo sin tener noticias sobre ellos, se encerraron más de 2 meses a trabajar en un disco que todos estábamos esperando. Un disco que rompió el silencio con la canción "Dark Hatted Man": una canción, con el perdón de todos los demás proyectos, como nunca habíamos escuchado dentro del circuito local. Digna de la época de los "Doors" con reminiscencias de tiempos pasados donde el blues era completamente maleable y donde se empezaron a escribir las nuevas vertientes musicales que conocemos hoy en día. Se nos mostró entonces una faceta de la banda que nunca habíamos tenido el placer de escuchar.

La efectividad de esta combinación provoca que esta fórmula se repita a lo largo del disco. "Runaway"; canción que ya había sido presentada durante su actuación en el "Eat to the Beat", mantuvo esos matices de country-blues primigenios ofreciéndonos una apariencia más contemporánea gracias a las adiciones de delay, reverb y otros efectos a la mezcla. Personalmente, he de valorar muchísimo la potencia de la voz de Luis Guijarro en este tema en particular.

La tercera canción seleccionada para pertenecer a este disco es otro conocido por los fieles a esta agrupación. "Cottom Field Blues" ha sido el buque insignia de esta banda desde que fue presentada en su actuación en las Monkey Nights durante el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Mantener esos coros afinados como cosechadores del algodón y la inclusión de sonidos de cadenas hace que se te pongan los pelos de punta. Sin embargo; echo mucho de menos que en la mezcla final se escuche un poco más de la presencia del riff del slide que Borja Viera mantenía en los directos. 

Los dos últimos temas son trabajos que recuerdan a la mejor etapa de los "Blues Brothers" y de los "Allman Brothers" con "Make me Moan" y "She, the Story Teller" respectivamente. Una interpretación magnífica en el teclado de la mano del maestro Miguel Boogie, junto a la impoluta base rítmica de bajo, batería y percusión. 

En definitiva, con este disco The Olrait Band ha demostrado tener el don de hacer estilos musicales apartados del mainstream pero con una interpretación tan buena que no deja a nadie indiferente. Son, como dirían Los Tabaleros en su canción "Ángel Caído": Un paisaje de carne y color.

La carne por lo real y lo orgánico tras su música y el color por el soplo de aire fresco que han conseguido darle con los matices contemporáneos junto a esos pequeños guiños de edición en la mezcla. Un caballo ganador en toda regla. 

Considero este disco una obra muy recomendada que tiene que ocupar tu estantería. Espero que podamos ver la presentación de este trabajo lo antes posible.  ¡Enhorabuena chicos!

Puedes el disco completo en el siguiente enlace:

Escrito por Daniel Medina Díaz-Llanos 22 de mayo del 2019


Los Cassavetes

¿Qué es la vida sin el Rock and Roll?: "Brilliant life" de los Cassavetes 

"¿Qué hay más bonito que la música?" me preguntas mientras pones un CD de Daddy Yankee en tu Ford Fiesta .- "El respeto por la que se hace en tu tierra" respondo, y responderé hasta que alguien se de cuenta que no hay que mirar muy lejos para quedarte con la boca abierta. Hoy ración de "The Cassavetes", un grupo al que soy débil y nada objetivo. Me someto, y pongo en entredicho mi integridad como ente catalizador, hablando de uno de los mejores descubrimientos personales de este año.

Conozco a los Cassavetes desde marzo y tengo una foto en su álbum de fans con su vinilo "A chosen few" grabado completamente en vivo en los estudios "ARENA DIGITAL" en Tenerife: un vinilo recopilatorio que me hace recordar tantas cosas de mi adolescencia y que cala tanto en mi vena reivindicativa, que es imposible no emocionarme hablando de él. No es sólo fanatismo, es la historia de mi vida cantada por un grupo que no me conoce de nada.

Pero después de pensarlo mucho, reservaré mi opinión extendida sobre este trabajo para más adelante. Hoy hablaré de otro disco que supone un hito para este grupo musical tinerfeño: "A brilliant life".

Una canción; un himno melancólico y una despedida desgarradora. Un pensamiento recurrente en aquellos que no han tenido una vida llena de comodidades. Un llamamiento para todos aquellos que han tenido que tomar decisiones difíciles y que han sido malditos con la tortura de seguir adelante. Eso es para mí este disco.

Un trabajo que fuera de ser un blues, se convierte en un escudo de Rock and Roll al más puro estilo Iggy Pop and the Stooges. No apto para cualquier fan de esta agrupación, ya que fuera de aquellos sonidos violentos y caóticos (en el mejor sentido de la palabra) que caracterizaron la vida del grupo de aquél ser extraño sin camiseta y completamente extasiado por las drogas, los Cassavetes mantienen una limpieza técnica digna de ser elogiada. Supongo que optaron por condensar la esencia de la música del grupo, no sólo su actitud, y ello supone un clarísimo paso hacia adelante en el camino. 

La canción que abre el disco es "A brilliant life", con el mismo nombre que el trabajo y que promete una carga emocional muy ambigüa. Con esto quiero decir que tanto la melodía como la letra ofrecen una disparidad de sentimientos tan compleja como la vida misma y que se funde con la voz característica de Rubén Hernández, idealista tras el proyecto. Es un factor que se mantiene en las melodías de las siguientes canciones como "For Love" y "Not Ever". Dejo "The Way we Met" fuera de las canciones de este disco porque, personalmente, la noto como un saludo de respeto a los anteriores trabajos de la banda y un regalo hacia los fans más veteranos. Un pequeño lenguaje secreto entre los primeros oyentes y el grupo. Un feedback muy curioso. 

Son melodías eléctricas, potentes y con mensaje. Un trabajo impecable y de muy alta calidad. Espero que con este post pueda hacer que alguien disfrute de lo que yo he podido llegar a experimentar yo y que descubran por ellos mismos los resquicios de la filosofía del Rock and Roll.

Daniel Medina Díaz-Llanos 18/12/2018


Crítica de discos

Grunge para el pueblo: "Toss and Turn" de AJEEB 

Hay mucho escéptico local que considera que el rock isleño ha muerto. Yo digo que las cosas han cambiado: existen otras plataformas, otros medios de difusión y, en general, otras formas de hacer las cosas desde que Internet se ha instaurado en nuestras vidas. Como cualquier cambio radical, tenemos que estar preparados para aprender y desarrollar el arte de encontrar los resquicios de aquél panorama que heredamos de los 80 y los 90.

Me parece injusto generalizar y rendirse en la búsqueda por hallar la aguja en el pajar sin saber, si quiera, dónde está "la aguja" y dónde está "el pajar". Esta práctica habitual se ha extendido como una plaga en nuestros días y, sin darnos cuenta, estamos remando haciendo círculos en un mar inmenso de información, arropados únicamente por los cánticos de sirena que se emiten por las radios o las cadenas de televisión con mayor poder de difusión.

Como es de todos conocido, Lanzarote porta los estandartes del punk, el ska y el hardrock. Al igual que el rock majorero aguantó otro round con el grupo Arsénico; en la isla conejera se está cociendo un nuevo proyecto que ha dado y dará mucho que hablar este próximo 2019. En mitad de un panorama provincial que reúne una gama compleja de diferentes formas de la música rebelde por antonomasia, aparece el nuevo disco de AJEEB: Un proyecto que se ha quedado en la mitad de todas estas expresiones de inconformismo y que te escupe en un ojo sin compasión.

He de reconocer que no los conocía en absoluto; estaba ciego y ahora puedo ver. Finalmente, con ellos pude encontrar la aguja de mi pajar y darme cuenta de que existe un mundo enorme ahí fuera, deseoso de ser explorado. Su breve discografía reúne una serie de singles que pueden sacarte a bailar y dislocarte el cuello. Si tuviera que elegir alguno de sus temas, me quedaría con D.O.G.S: grunge contundente, con sentimiento y con un par de redobles de caja entre parones que te erizan la piel

Su último disco "Toss and Turn" me tiene hablando sólo: Duffer; la segunda canción de su disco, tiene matices y construcciones armónicas del punk comercial americano de los 90 pero crea un vacío en ti con una melodía nostálgica interpretada con una voz rasgada Es ese tipo de canciones que tienen dos acordes en la estrofa y una subida de medios tonos y tonos en el estribillo. Sin embargo, llega el final del segundo estribillo y... ¡sorpresa! Gritos sorpresivos adornados con un riff de guitarra con phaser. Un recurso muy original para cerrar la única canción "lenta" del disco.

R.P.S mantiene la misma dinámica que Duffer, con una sonoridad similar a NOFX y Bad Religion adornado con un lazo grunge exquisito y que funciona a la perfección. Homebuilt Wings tiene la aparición estelar de un solo de bajo; corto pero bastante distintivo. Todo se convierte en una ópera de teatro macabra con la canción Hole in One; una composición que mantiene unos ritmos típicos de 4x4 pero que en ocasiones transforma la estructura mediante el cambio de acentos de la batería. Dónde tendría que estar una caja, hay un un bombo, donde debiera haber un crash, hay un redoble... ¡una locura! Mi canción favorita y de la que preveo un futuro éxito es Red Curtain. Es un tema con ambientación más trash, con construcciones rítmicas más pesadas y con unos alaridos agudos y desgarradores. 

En conclusión, considero que AJEEB es un grupo que no debería ser comparado con otra banda actual. Las herramientas para contrastar el proyecto con otros medianamente similares, están ahí: ocultas en su perfil de Bandcamp. No obstante, en una hipotética conversación sobre su trabajo, no se llegaría a un convenio satisfactorio entre las partes. El contraste de punk, hardrock y grunge funcionan en completa armonía y no necesitan ser cuestionados, sólo dejar que se te metan poco a poco en las entrañas como un puñal.

Espero no sólo que les vaya bien, si no que puedan conseguir que su fuego ilumine el camino de una generación inconformista y encontrar un objetivo claro por el que manifestar que el rock no morirá nunca. ¡Escucha su disco en el botón de abajo!

Daniel Medina Díaz-Llanos 04/12/2018


Crítica de discos

Convirtiendo a Morfeo en música: "Aquí hay dragones" de BIRKINS

Tras el aviso del nuevo disco en ciernes del grupo gran canario, no está de más hacer una pequeña memoria de su último trabajo: "Aquí hay dragones". El primer disco en el que el artículo "The" fue eliminado del nombre, y empezaron a ser llamados "Birkins" a secas.

La autocrítica está presente como insignia en el trabajo ordenado y limpio que se nos presentó en sociedad hace más o menos un año. No considero que exista mejor proyecto artístico para empezar a escribir un blog de música que un grupo galardonado (y con razón) por Los Premios Canarios de la Música en dos ocasiones: Mejor Canción del Año con el himno de Fundido a Negro y el reconocimiento al Mejor Disco de pop-rock.

Entender la complejidad de este disco en toda su extensión e interiorizar la dificultad que supone para un grupo trilingüe dirigirse a su público (ya acostumbrado a escuchar una pronunciación impoluta tanto en francés como en inglés) no es tarea fácil. Nos sorprendieron con un single en su lengua materna manteniendo el mismo impacto que cualquier otra canción de sus otros magníficos álbumes. Es un hito que no todos pueden alcanzar.

Hablar de "Chantal", de "Esquinas de Juventud" y sobre todo de "Fundido a Negro" es hablar de melodías objetivamente complejas y oníricas. Interpretables en partes iguales ante el el oído del escéptico (aquellos nietos de Kerouac) y del fan más consagrado. Son canciones impresas en un Diario de Bitácora: un viaje intelectual de la mano de excelentes composiciones medidamente caóticas que expresan sensaciones existencialistas. Son canciones que crean una cálida afinidad con el artista y su público... una conexión casi espiritual.

Una muestra de esta realidad es la presencia de sonidos y efectos de guitarra (gracias al mago de las 6 cuerdas: Alby Ramírez) que beben del ambientalismo "bowiediano" siempre presente en la mente de los 4 integrantes del grupo. En la canción Chantal, llegan hasta la cúspide epistemológica del propio simbolismo compositivo con los desenfrenados gritos de socorro de la pobre canción homónima, abandonada a su suerte, mediante el uso de recursos de notas disonantes en el piano y de una distorsión más sucia en la guitarra. Son los sonidos agridulces y misteriosos producidos por el pedal de guitarra fuzz, el e-bow y otros elementos los que construyen la escena de una película trágica, pero manteniendo la cordura de una epifanía orgásmica. Este álbum es una joya que poco a poco se ha ganado el protagonismo dentro de las influencias de la "escena musical canaria".

Sin embargo, aún trascendiendo fuera de los límites que camuflaban al principio de su carrera, los Birkins se mantienen fieles a sus orígenes con canciones como "Shh", "La cure" y "Our bad news". Es la voz de Daniel Machín y la de Cristina Santana las que perpetúan ese sonido que los caracteriza. Provocador y sensual. A veces insinuante y otras directo a la barbilla. Letras que dejan entrever situaciones emocionales complejas (Shh) e incluso, pequeños guiños a otros proyectos artísticos con artistas de la talla de Serge Gainsbourg (Our Bad News) fuera del estilo "reggae" pero igual de eficaz.

La batería de Sergio Miró utiliza ritmos tanto acústicos como digitales que dan la vida a sus propias canciones y que afilan las aristas de una obra magistral, digna de ver tanto en directo como en álbum. Son los redobles graves de "Hipsteria", adornados con merecidas dosis de platos, un pequeño exponente de esa base rítmica compleja que estructura al proyecto musical. La batería se mantiene acompañada de una líneas de bajo estratégicamente planeadas y tildando esas bajadas y subidas armónicas que hacen protagonista a cualquier miembro de los "Birkins". Tanto su participación como la de los otros miembros de la agrupación dejan entrever la delicadeza y el mimo con el que se dedican a su música.No existe más orgullo para nuestro propio ambiente underground que contar con un grupo tan complejo como son los Birkins

Experimentando un pequeño viaje por sus grandes éxitos como fueron Frapuccino Lovers y Chloé del primer disco homónimo The Birkins, así como mi álbum preferido: Souvenirs con canciones que se han convertido en melodías de mi propia vida (como Sofa y Portrait d'un couple), poco a poco, me voy dando cuenta de que no existe ni ha existido nadie ni nada como ellos en la escena canaria. Ellos merecen pleitesía tanto de los medios como de los otros músicos que pertenecen a este mundillo individualista y complejo de Gran Canaria.

Daniel Medina Díaz-Llanos 28/11/2018

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